Un poco de historia del mundo del Automóvil

Tema en 'General Motor' iniciado por willo, 3 Ago 2015.

  1. willo

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    La batalla entre BMW y Volkswagen por hacerse con Rolls-Royce provocó su escisión de Bentley.

    RR.jpg

    http://www.msn.com/es-es/dinero/economia/el-superlujo-alemán-viene-de-inglaterra/ar-BBllnNc

    El 27 de julio de 1998 se produjo un acuerdo histórico por el que las dos marcas de automóviles de lujo británicas más famosas y reconocidas del mundo pasaron a manos de compañías alemanas. Rolls-Royce sería la firma de lujo de BMW, mientras que Bentley pasaría a formar parte del Grupo Volkswagen, propietaria de Audi y que por aquellas fechas ya había adquirido Lamborghini. Una rúbrica precedida de una batalla empresarial e incluso judicial enorme entre ambos consorcios alemanes.

    Hay que recordar que Bentley era propiedad de Rolls-Royce. La compró en 1931, después de sus graves problemas financieros tras la Gran Depresión. Rolls-Royce, además de fabricar vehículos de superlujo, contaba con una división de motores a reacción para aviones. En 1973, se crea el área Rolls-Royce Motors para separar los negocios de aviación y de automóviles. En 1980, Vickers compra Rolls-Royce Motors, en un momento en el que los vehículos de imagen retro y de lujo vuelven a ser demandados.

    Esto provocó el interés de BMW que llega a un acuerdo para suministrar motores y piezas a Rolls-Royce. Es más, BMW se hizo con un 50% de la división Rolls-Royce Aviation, la parte aérea de la compañía. Lógico por ello que cuando Vickers decide deshacerse de Rolls-Royce Motors en octubre de 1997 recibiera una oferta de BMW de 340 millones de libras (485 millones de euros).

    El 31 de marzo de 1998, Vickers anunció que aceptaba la oferta de BMW.

    Sin embargo, ese mismo día entró en liza un coloso, Ferdinand Pïech, líder del Grupo Volkswagen, que estaba en plena expansión de su compañía. Pïech quería que Volkswagen estuviera presente en todos los nichos de mercado y le faltaba una marca con grandes berlinas de lujo. Pïech, fiel a su estilo, cumplió su promesa y elevó la oferta por Rolls-Royce hasta los 479 millones de libras.

    El 5 de junio de 1998 los accionistas de Vickers, al no mejorar la oferta BMW, decidían vender Rolls-Royce y su marca hermana Bentley a VW. Pero Vickers no poseía los derechos del nombre de la marca Rolls Royce, en manos de la división aérea de la británica. Y ese fue el resquicio que BMW vio para plantear batalla. Ése y que poseía un 50% de la dueña de los derechos, además de suministrar el 30% de las piezas del Rolls-Royce Silver Seraph, el modelo estrella de la época.


    El logotipo, clave


    Pïech tenía razón al decir que la compañía británica ya era propiedad de Volkswagen. La había comprado y era su gestor. Pero los derechos de la marca Rolls-Royce con su famoso logotipo con la doble RR y el Espíritu del Éxtasis, la efigie que sobresale poderosamente del capó de cada Rolls, no eran propiedad de Vickers sino de Rolls-Royce PLC, la división de aviación de la aeronáutica. Y esta fue la baza que jugó BMW.

    Rolls-Royce PLC avisó a Pïech de que no poseía los derechos de la marca Rolls-Royce y, por tanto, no podía utilizarla. Todo un golpe de efecto que BMW usó a su favor ya que era propietaria del 50% de Rolls-Royce PLC. Por si acaso, amenazó con cortar el suministro de piezas a Rolls-Royce con lo que la producción del Silver Seraph caería fuertemente. Las dudas provocaron que las ventas de Rolls cayeran un tercio.

    Así, tras diez meses de lucha, y con la intervención del recientemente elegido canciller alemán, Gerard Schröder, para que cesara una lucha que debilitaba la imagen de dos empresas alemanas, BMW logró un acuerdo el 27 de julio de 1998 enormemente beneficioso. Pagó 40 millones de libras por la doble RR y seguiría sumistrando motores a Rolls-Royce durante los próximos 5 años. Ahora bien, lo más sorprendente es que VW no podría utilizar a partir del 1 de enero de 2003 la marca Rolls-Royce. Pïech se quedaba con la fábrica de ambas marcas en Crewe (Inglaterra) y con Bentley, pero BMW aunque tendría que construir la fábrica de Goodwood, adquiría Rolls-Royce por un 10% de lo que había pagado Volkswagen.
     
    Última edición: 24 Ago 2015
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  2. xciber

    xciber Forero Experto

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    Buena historia
     
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  3. Bravo

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  4. willo

    willo Forero Experto

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    La historia de la heredera de BMW que fue estafada por un gigoló

    http://www.msn.com/es-es/noticias/i...e-estafada-por-un-gigoló/ar-BBm1nDi?li=AA5a7b

    bmw.jpg

    Helg Sgarbi -oficial del Ejército suizo, licenciado en Derecho, una sonrisa de dientes perfectos- era un hombre irresistible y encantador para las mujeres, más precisamente, las millonarias. Y una de las personas que cayó en su trampa es la alemana Susanne Klatten, la heredera de la empresa automovilística BMW.

    La historia se remonta a agosto de 2007. Él tenía 43 años; ella, 46. Empezaron a frecuentarse a escondidas. Klatten era una madre de familia que había aprendido a cultivar el perfil bajo a pesar de su descomunal fortuna. "Era un hombre fascinante de ojos azules, alto y delgado", declararía después a la policía italiana.

    Sin siquiera sospecharlo, cuando Klatten le abrió sus puertas a Sgarbi, también dejó entrar a una red de chantaje. Los encuentros secretos entre ellos fueron grabados. Durante ocho semanas estuvieron juntos. Tiempo después, a la magnate alemana le llegó la primera amenaza. Ernano Barretta, cómplice de Sgarbi, le pedía 49 millones de euros a cambio de no difundir sus videos sexuales.

    Barretta, ex mecánico y charlatán milagrero, era el gurú de la pequeña secta en Italia a la que era adeptos Sgarbi y su esposa, Gabriele. En ese entonces, el estafador tenía 63 años y era dueño del refugio Valle Grande, un hotel en Pescosansonesco, donde sus discípulos trabajaban para él, según un artículo del diario El País publicado en esa época.

    Sgarbi era el encargado de seducir millonarias y extorsionarlas; y una tajada importante de lo que obtenía iba a parar a manos de Barretta. Pero con la heredera de BMW el plan no salió bien. La mujer se negó a ceder la suma que le pedían.

    "¿Tienes idea de quién es? ¡Es demasiado poderosa! ¡La mujer más rica de Alemania!", decía Barretta indignado en una conversación grabada por la policía que formó parte de la investigación. Klatten denunció el chantaje de Sgarbi y los negocios sucios de la secta quedaron al descubierto.


    Así empezó el engaño

    El 17 de agosto de 2007, en Innsbruck, Sgarbi se acercó a Susanne Klatten, casada y madre de tres hijos. Antes se había estudiado su rostro buscando imágenes de ella en internet. Le coqueteó. Unos días más tarde se reunieron en un hotel de Munich. Desde la habitación continua, Barretta grababa con una cámara oculta el apasionado encuentro sexual.

    El Holiday Inn se convirtió en el lugar de los encuentros durante casi dos meses. También hubo viajes juntos a los Alpes y a Francia. Klatten sucumbió enseguida a sus encantos y lo invitaba a todos lados. Quizás ella sintió algo cercano al amor, pero Sgarbi la arrancó de su idilio.

    El gigoló le contó que algo terrible le había pasado: había atropellado a un niño en los Estados Unidos que era hijo de un mafioso. Necesitaba dinero, mucho dinero, para evitar que lo asesinaran como venganza. Klatten accedió a darle 7 millones de euros, pero le parecía sospechoso y en octubre decidió poner fin a su affaire con Sgarbi.

    Un mes después, el gigoló le envió un DVD con "imágenes explícitas" de sus citas. Pedía 49 millones de euros y amenazaba con distribuir las grabaciones comprometedoras en las empresas, fundaciones y organizaciones que ella integraba. El chantaje la enfureció. No quería pagar, pero finalmente lo citó en enero para darle lo que pedía. Ella nunca se presentó; en cambio, Sgarbi fue sorprendido por la policía austríaca.

    Con Sgarbi, cayó Barretta. Su familia -integrada por su mujer Beatrice Batschelet y sus hijos Marcello y Clelia- tenía 10 automóviles de las marcas más caras: Lamborghini, Rolls-Royce, Ferrari y Porsche. El hotel en el que vivían y donde trabajaban sus estafadores fue allanado por la policía italiana. En la operación secta, de junio de 2007, se incautaron de 1,7 millones de euros repartidos en escondrijos diversos.

    Barretta estaba indignado. Él, que decía que podía caminar sobre las aguas y que era el representante de Dios en la tierra, no podía ir preso. Barretta sostuvo que el chantaje a Klatten fue una venganza por el abuelo de Sgarbi, que, según él, era judío y pasó por un campo de concentración.

    La empresa familiar de Klatten, la multinacional BMW, fundada por la familia Quandt, había sido investigada por haberse beneficiado durante los años del nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Esa era una de las manchas que tenían los dueños de BMW. Su heredera, años más tarde, dejó otra.

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  5. willo

    willo Forero Experto

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