Pues eso, que ya está estrenada la chapa. La cosa no merecería mención si no fuera por lo estrambótico del caso. Pasaba yo por una calle estrechita, lógicamente de un sólo sentido, sin apenas visibilidad y adornada con un hermoso contenedor de escombros. Pues por ahí iba yo calibrando el espacio por los lados cuando de repente me aparece de frente, por enmedio de la calzada... ¡¡un tío en una sillita de esas eléctricas con manillar (no una silla de ruedas, sino esa para gente que tiene problemas de movilidad)!!... A todo lo que podía correr (poco, y haciéndome señales con la mano para que lo viera) pero lo necesario como para tener que dar un volantazo y comerme el contendor que jalonaba mi trayecto de vuelta a casa.
Un palmo de puerta y otro de aleta. Rayadas y abolladas. Qué le vamos a hacer, gajes del oficio y ni me altera... En breve tendré que pasar la revisión de los 20.000. Se pinta y listo... Pero manda huevos el fonsi nieto de la sillita...

Un palmo de puerta y otro de aleta. Rayadas y abolladas. Qué le vamos a hacer, gajes del oficio y ni me altera... En breve tendré que pasar la revisión de los 20.000. Se pinta y listo... Pero manda huevos el fonsi nieto de la sillita...

