Tras mi intensa experiencia para 'legalizar' las luces diurnas, os lo cuento por si ayuda en algo.
Te gastas un buen dinero en el dichoso accesorio (luces, gancho,...) y éste necesita ser legalizado. No vaya a ser que los de verde o azul pitufo les de por pararte y hacerte un examen rectal.
Ya has pagado por el accesorio, pero también debes pagar por el documento de Mazda que atestigua qué es y toda la parafernalia legal y europea. Además que funcionará como debe. El taller además aporta otro documento para decir hemos montado el susodicho accesorio y 'juramos' en papel que hace lo que debe. Avisándote el responsable de recambios: 'tienes un mes para legalizarlo'.
Y ahora toca el mundo ITV. Si, cada uno es de su padre y de su madre. ¿Por qué debiera ser distinto en esta ibérica España nuestra?
Llegas a la caseta dónde deberías pagar. Si, se paga tres veces el accesorio. La señorita (en este caso una jóvena) te dice: 'aparque ahí y vaya a la oficina luego vuelva por aquí'. El tipo de la oficina (en este caso un joven), esa en la cual cuando pasaste la ITV de tu anterior vehículo te dan la bendición y una etiqueta de 'vuelva usted...', te pide todo tipo de papeles. Ve preparado. Los lee con atención. Masculla: 'estos de Mazda saben explicar las cosas'. Lee el documento del taller y aquí comienza el horror: 'no hay trazabilidad'. ¡Toma ya! 'No hay trazabilidad'. ¡Joder con la ITV!
Resulta que el documento de Mazda consigna una serie de datos y el del taller otros. Pero no coinciden unos con otros. ¡Gol por toda la escuadra! 'No hay trazabilidad' El palabro se te incrusta en el cerebro y maldices al puto accesorio, al puto taller, a la puta ITV y a la madre que los parió a todos (que debe ser una santa).
Pero, se abre un resquicio, el tipo de la oficina te dice: 'relleno el documento 9.1 (o algo así) adjunto la documentación que has traído, pagas y pasas la ITV, añado el documento como que hay un defecto para que puedas circular, hago copia de todo y pides a tu taller un documento original y corregido para que podamos darte la reforma como válida'. Atentos, hay que pasar la ITV... enterita. Y claro, como ya dije, pagarla.
Vuelvo a la jóvena, pago religiosamente. Me pongo en cola. Me atiende un jovenzuelo que pide abras el capó, pongas la luz tal y tal, etc. Un momento, ¿dónde coño está la palanca para abrir el puto capó? ¿Y las putas luces? ¡Si van en automático! Tras torpes intentos, consigo hacer todo lo que me pide. El gerente se acerca: 'pedazo coche, ¿qué tal va?' Le vacilas, 'es una bestia, nosecuentos caballos, ni punto de comparación con tal y cual'.
Sigues pasando la ITV. Frenos. El tipo lo hace por tí. Finalmente llegas a que te miren los bajos, del coche. Como el coche está en automático, aún no hemos averiguado si funcionan la luces diurnas. Estás dentro de un hangar. La luces son eso, automáticas. Nadie ha visto aún funcionar las luces diurnas.
Los técnicos, jóvenes, sacan un poco el coche afuera. Se reúnen cuatro, la Bestia lo merece. Las luces diurnas no funcionan. Un sudor frío te recorre la espalda. 'Las he visto funcionar', murmuras. Tocan, retocan. Arrancan. Nada. Las putas luces no se encienden. Y tu con cara de haba, sin saber cómo cojones funcionaban las putas luces. Recordemos, ¡son automáticas!
Dan marcha atrás para pasar la inspección de los bajos, del coche. Y ¡milagro! Las luces se encienden. Y el más listo de la clase, tu no claro, dice: '¡van con el freno de mano!'. Freno de mano puesto = no luz. Freno de mano quitado = si luz.
Pasas la puta revisión de los putos bajos, del coche. Sin antes no tener otro escalofrío, cuando oyes que toman buena nota del tipo de neumático y toda su puta serie de números y letras. '¡Horror! ¡Llevaré los que no son!'.
Y, por fin, te dan la bendición. Vuelves a la puta oficina. Entregas todo el papeleo, tropecientos papeles a estas alturas. El joven, con cara conciliadora, te dice: 'habla con el taller y que pongan en su documento tal y tal'. Llamas ipso facto al taller y hablas con el jefe de recambios y le cantas lo que debe poner el puto papel, para que el de la ITV se de por satisfecho. ¡Puta trazabilidad!
Sales disparado hacia el taller ¡son sólo 20 minutos! ¡qué es eso para la Bestia! Ellos tendrán el puto papel correctamente rellenado según la petición de la puta ITV cuando llegues. Aún resuenan en tus oídos tres palabras: 'original, firmado y sellado'. Junto con la recomendación: 'asegúrese que pone todo lo que hemos pedido'.
Llegas al taller, te dan el papel, los dos lo leéis. Todo ok. El jefe te dice aquello de: 'cada ITV es un mundo'. Resulta que con los mismos documentos otro dueño de la Bestia pasó la ITV en hombros. ¡Soy un pringado!
En otros 20 minutos llegas a la puta ITV. El joven, se apiada de tí y en cuanto te ve, te pasa al primer lugar. Lee con atención el papel y tras suspense. Todo ok. ¡Aleluya!
Creías que todo había acabado. ¡No! Debe constar en el papelito verde que tienes la puñetera reforma. Tienes que ir a otra oficina. Una señora (no, no es jóvena). Te pide todos los papeles, más el dni. Faltaría más, otro papel, ¡por qué no! ya puestos. Y que rellenes otra hoja más, ¡otra! Si otra. Por las dos caras.
Tras minutos interminables, te entregan el papel verde debidamente cumplimentado. Y se quedan con todos los demás. Te entran ganas de pegarle fuego a todo. Pero ya agotado, sales por la puerta y casi gritando: '¡lo logré! ¡pasé toda la puta burocracia de este puto país!'
Moraleja: Hombre preparado vale por dos y tener mucha paciencia. Pero mucha.
Te gastas un buen dinero en el dichoso accesorio (luces, gancho,...) y éste necesita ser legalizado. No vaya a ser que los de verde o azul pitufo les de por pararte y hacerte un examen rectal.
Ya has pagado por el accesorio, pero también debes pagar por el documento de Mazda que atestigua qué es y toda la parafernalia legal y europea. Además que funcionará como debe. El taller además aporta otro documento para decir hemos montado el susodicho accesorio y 'juramos' en papel que hace lo que debe. Avisándote el responsable de recambios: 'tienes un mes para legalizarlo'.
Y ahora toca el mundo ITV. Si, cada uno es de su padre y de su madre. ¿Por qué debiera ser distinto en esta ibérica España nuestra?
Llegas a la caseta dónde deberías pagar. Si, se paga tres veces el accesorio. La señorita (en este caso una jóvena) te dice: 'aparque ahí y vaya a la oficina luego vuelva por aquí'. El tipo de la oficina (en este caso un joven), esa en la cual cuando pasaste la ITV de tu anterior vehículo te dan la bendición y una etiqueta de 'vuelva usted...', te pide todo tipo de papeles. Ve preparado. Los lee con atención. Masculla: 'estos de Mazda saben explicar las cosas'. Lee el documento del taller y aquí comienza el horror: 'no hay trazabilidad'. ¡Toma ya! 'No hay trazabilidad'. ¡Joder con la ITV!
Resulta que el documento de Mazda consigna una serie de datos y el del taller otros. Pero no coinciden unos con otros. ¡Gol por toda la escuadra! 'No hay trazabilidad' El palabro se te incrusta en el cerebro y maldices al puto accesorio, al puto taller, a la puta ITV y a la madre que los parió a todos (que debe ser una santa).
Pero, se abre un resquicio, el tipo de la oficina te dice: 'relleno el documento 9.1 (o algo así) adjunto la documentación que has traído, pagas y pasas la ITV, añado el documento como que hay un defecto para que puedas circular, hago copia de todo y pides a tu taller un documento original y corregido para que podamos darte la reforma como válida'. Atentos, hay que pasar la ITV... enterita. Y claro, como ya dije, pagarla.
Vuelvo a la jóvena, pago religiosamente. Me pongo en cola. Me atiende un jovenzuelo que pide abras el capó, pongas la luz tal y tal, etc. Un momento, ¿dónde coño está la palanca para abrir el puto capó? ¿Y las putas luces? ¡Si van en automático! Tras torpes intentos, consigo hacer todo lo que me pide. El gerente se acerca: 'pedazo coche, ¿qué tal va?' Le vacilas, 'es una bestia, nosecuentos caballos, ni punto de comparación con tal y cual'.
Sigues pasando la ITV. Frenos. El tipo lo hace por tí. Finalmente llegas a que te miren los bajos, del coche. Como el coche está en automático, aún no hemos averiguado si funcionan la luces diurnas. Estás dentro de un hangar. La luces son eso, automáticas. Nadie ha visto aún funcionar las luces diurnas.
Los técnicos, jóvenes, sacan un poco el coche afuera. Se reúnen cuatro, la Bestia lo merece. Las luces diurnas no funcionan. Un sudor frío te recorre la espalda. 'Las he visto funcionar', murmuras. Tocan, retocan. Arrancan. Nada. Las putas luces no se encienden. Y tu con cara de haba, sin saber cómo cojones funcionaban las putas luces. Recordemos, ¡son automáticas!
Dan marcha atrás para pasar la inspección de los bajos, del coche. Y ¡milagro! Las luces se encienden. Y el más listo de la clase, tu no claro, dice: '¡van con el freno de mano!'. Freno de mano puesto = no luz. Freno de mano quitado = si luz.
Pasas la puta revisión de los putos bajos, del coche. Sin antes no tener otro escalofrío, cuando oyes que toman buena nota del tipo de neumático y toda su puta serie de números y letras. '¡Horror! ¡Llevaré los que no son!'.
Y, por fin, te dan la bendición. Vuelves a la puta oficina. Entregas todo el papeleo, tropecientos papeles a estas alturas. El joven, con cara conciliadora, te dice: 'habla con el taller y que pongan en su documento tal y tal'. Llamas ipso facto al taller y hablas con el jefe de recambios y le cantas lo que debe poner el puto papel, para que el de la ITV se de por satisfecho. ¡Puta trazabilidad!
Sales disparado hacia el taller ¡son sólo 20 minutos! ¡qué es eso para la Bestia! Ellos tendrán el puto papel correctamente rellenado según la petición de la puta ITV cuando llegues. Aún resuenan en tus oídos tres palabras: 'original, firmado y sellado'. Junto con la recomendación: 'asegúrese que pone todo lo que hemos pedido'.
Llegas al taller, te dan el papel, los dos lo leéis. Todo ok. El jefe te dice aquello de: 'cada ITV es un mundo'. Resulta que con los mismos documentos otro dueño de la Bestia pasó la ITV en hombros. ¡Soy un pringado!
En otros 20 minutos llegas a la puta ITV. El joven, se apiada de tí y en cuanto te ve, te pasa al primer lugar. Lee con atención el papel y tras suspense. Todo ok. ¡Aleluya!
Creías que todo había acabado. ¡No! Debe constar en el papelito verde que tienes la puñetera reforma. Tienes que ir a otra oficina. Una señora (no, no es jóvena). Te pide todos los papeles, más el dni. Faltaría más, otro papel, ¡por qué no! ya puestos. Y que rellenes otra hoja más, ¡otra! Si otra. Por las dos caras.
Tras minutos interminables, te entregan el papel verde debidamente cumplimentado. Y se quedan con todos los demás. Te entran ganas de pegarle fuego a todo. Pero ya agotado, sales por la puerta y casi gritando: '¡lo logré! ¡pasé toda la puta burocracia de este puto país!'
Moraleja: Hombre preparado vale por dos y tener mucha paciencia. Pero mucha.