Gonzalo57
Forero Experto
En cada uno de los coches que he tenido he ido descubriendo cosas que, cuando compras el siguiente, ya no puedes prescindir de ellas. Así, con mi primer coche (R-5), descubrí que sin aire acondicionado no se podía viajar, sobre todo en el Sur. Con el segundo, un Opel Kadet 2,0 GSI 16V, descubrí que la potencia era un factor importante que, usada con conocimiento, en ocasiones te puede salvar la vida. Con el tercero (BMW 318i), que las cuatro puertas eran una maravilla (los dos anteriores eran de dos puertas). Con el cuarto, descubrí que el control de velocidad de crucero era imprescindible para realizar viajes largos de forma muy cómoda y relajada. El quinto tenía lo que había considerado imprescindible en todos los anteriores + asientos mixtos de cuero y alcántara. Con el siguiente, descubrí que el cambio automático era una delicia y no sé como no lo había probado antes, así como que para viajar de noche, los faros bi-xenon direccionables son un elemento de seguridad extraordinario, por el impresionante haz de luz que proyectan
El último (el CX-5), aúna todo lo que he ido considerando imprescindible en todos mis anteriores vehículos, pero además he descubierto que la cámara de visión trasera es una maravilla. Complementada con los sensores de aparcamiento (es el primer coche en el que los tengo), me permite realizar maniobras con toda precisión y sin riesgo de darle ningún golpe indeseado al coche (salvo que me despiste, claro). Aparcando marcha atrás, dejo el coche pegado a la pared, sin rozarla, o justo encima de la línea divisoria entre dos plazas de garaje, sin invadir la de atrás y sin darle al vehículo que esté aparcado y que a veces invade mi plaza. Por otro lado, me permite ver si hay algún bolardo o baliza que, por la altura del coche, no se ve a través del retrovisor, o si se mete un niño detrás del coche jugando sin que te hayas percatado de ello mientras inicias la maniobra de marcha atrás.
Además el equipamiento incluye avisador de vehículo en ángulo muerto (mágnífico elemento de seguridad), el sensor que avisa de cambio involuntario de carril, el i-stop, que funciona muy bien, aunque a veces lo desconecto, dependiendo de si es de día o de noche (para que las luces no me consuman batería con el motor parado), el sensor de lluvia con activación automática y regulación de la velocidad en función de la intensidad de lluvia (esto también lo tenía en mi anterior coche) y el encendido automático de las luces con función automática de cambio cruce-carretera (que funciona muy bien, al menos de momento), me encuentro que tengo el coche más completo de equipamiento de todos los que he tenido.
Si a todo lo anterior le añadimos que tiene un buen equipo de audio para amenizar los viajes, la suavidad del motor, su potencia y su considerable par motor, su agilidad para abordar carreteras de montaña o con muchas curvas enlazadas, la precisión de su dirección, etc., podría decir que es uno de los mejores coches que he tenido.
A cambio tiene una serie de lagunas o pequeñas manchas que ensombrecen en parte todo lo antes descrito, como puedan ser el tema del puñetero USB, que en las primeras unidades que se fabricaron funcionaba bien y, una de las cosas que más me toca la moral es la falta de iluminación en los mandos de las luces y del limpia, así como en los elevalunas. Digo yo que, si los mandos del volante van iluminados, ¿qué trabajo costaba hacer lo mismo con los de las palancas que hay a ambos lados del volante? Da la impresión de que son de otro coche, o de que las han improvisado a última hora.
No obstante lo anterior, en el cómputo general, al coche le doy un notable alto y reconozco que me encanta conducirlo. Es el coche que más deseo de conducir me produce de todos los que he tenido, aunque no sea el más cómodo (que para mí fue el Volvo S70), ni el más potente, ni el mejor acabado, ni el que mejor comportamiento off road tiene (en estos tres últimos apartados, el X-5 estaba muy por encima), pero aún así, disfruto del placer de conducir este CX-5. Me encanta este coche y tengo que decir que, después de 6000 km rodados con el, ha superado mis espectativas.
El último (el CX-5), aúna todo lo que he ido considerando imprescindible en todos mis anteriores vehículos, pero además he descubierto que la cámara de visión trasera es una maravilla. Complementada con los sensores de aparcamiento (es el primer coche en el que los tengo), me permite realizar maniobras con toda precisión y sin riesgo de darle ningún golpe indeseado al coche (salvo que me despiste, claro). Aparcando marcha atrás, dejo el coche pegado a la pared, sin rozarla, o justo encima de la línea divisoria entre dos plazas de garaje, sin invadir la de atrás y sin darle al vehículo que esté aparcado y que a veces invade mi plaza. Por otro lado, me permite ver si hay algún bolardo o baliza que, por la altura del coche, no se ve a través del retrovisor, o si se mete un niño detrás del coche jugando sin que te hayas percatado de ello mientras inicias la maniobra de marcha atrás.
Además el equipamiento incluye avisador de vehículo en ángulo muerto (mágnífico elemento de seguridad), el sensor que avisa de cambio involuntario de carril, el i-stop, que funciona muy bien, aunque a veces lo desconecto, dependiendo de si es de día o de noche (para que las luces no me consuman batería con el motor parado), el sensor de lluvia con activación automática y regulación de la velocidad en función de la intensidad de lluvia (esto también lo tenía en mi anterior coche) y el encendido automático de las luces con función automática de cambio cruce-carretera (que funciona muy bien, al menos de momento), me encuentro que tengo el coche más completo de equipamiento de todos los que he tenido.
Si a todo lo anterior le añadimos que tiene un buen equipo de audio para amenizar los viajes, la suavidad del motor, su potencia y su considerable par motor, su agilidad para abordar carreteras de montaña o con muchas curvas enlazadas, la precisión de su dirección, etc., podría decir que es uno de los mejores coches que he tenido.
A cambio tiene una serie de lagunas o pequeñas manchas que ensombrecen en parte todo lo antes descrito, como puedan ser el tema del puñetero USB, que en las primeras unidades que se fabricaron funcionaba bien y, una de las cosas que más me toca la moral es la falta de iluminación en los mandos de las luces y del limpia, así como en los elevalunas. Digo yo que, si los mandos del volante van iluminados, ¿qué trabajo costaba hacer lo mismo con los de las palancas que hay a ambos lados del volante? Da la impresión de que son de otro coche, o de que las han improvisado a última hora.
No obstante lo anterior, en el cómputo general, al coche le doy un notable alto y reconozco que me encanta conducirlo. Es el coche que más deseo de conducir me produce de todos los que he tenido, aunque no sea el más cómodo (que para mí fue el Volvo S70), ni el más potente, ni el mejor acabado, ni el que mejor comportamiento off road tiene (en estos tres últimos apartados, el X-5 estaba muy por encima), pero aún así, disfruto del placer de conducir este CX-5. Me encanta este coche y tengo que decir que, después de 6000 km rodados con el, ha superado mis espectativas.