Sé quién lo hizo. Alguien me invitó a un club de campo exclusivo para una casta (situado en Cuatrovientos) Aparqué bajo un árbol en un lugar donde sobraban sitios para los coches. Dos horas después, volví para coger una chaqueta y me di cuenta de que el coche tenía varias cagadas de pájaro. Me entretuve en limpiarlas con un paño húmedo. Durante la operación, llegó una pareja de unos sesenta años en un opel astra y se paró en la entrada de los pinos. Como había mucho sitio para aparcar, no les dije nada (en todo caso deberían ser ellos los que tenían que preguntar si iba a salir o no) Acabé la limpieza y me fui. Al pasar por el coche oí a la señora "jurar en arameo". Más tarde, al ir a retirar el coche, vi los dos rayajos en la maravillosa e impecable tricapa. Busqué el astra y estaba cerca. Iracundo, saqué el destornillador del maletero y me dirigí hacia el susodicho bólido, pero hete aquí que el dueño rondaba cerca y desistí de ello. Esto fue hace año y medio. Solo he vuelto una vez y he buscado el coche para darle su merecido, pero no he tenido suerte.
Unos señores en la sesentena y jubilados del glorioso ejército español querían estacionar en mi árbol (a lo mejor era el suyo). Hay de todo en la viña del señor. Aún no he perdido la esperanza, pero, aunque me han invitado al club varias veces, prefiero contenerme que soportar la reunión de los amigos de mi mujer.