Algo mas concreto...
Correr al volante es uno de los factores de conducción que más influye en el consumo de combustible. Por norma general, el gasto de diésel y de gasolina aumenta en función del incremento de velocidad elevado al cuadrado. Es decir, por cada 20km/h gastas un 44% más de carburante.
Así, pasar de 110km/h a 130km/h en un coche diésel supone pasar de consumir 6l/100km a 8,64l/100km. Para hacer frente a esta demanda de consumo habría que llenar el depósito del automóvil 36 veces al año, una inversión de 715 euros por encima de la media.
El gasto es aún mayor en un coche de gasolina. Circulando por encima de los 100 km/h, un incremento de velocidad de 20 km/h hace que el consumo de combustible pase de 8l/100km a 11,5l/100km. Habría que gastar casi mil euros más en gasolina cada año.
Cuando se superan los 100km/h hay que procurar mantener la velocidad lo más uniforme posible. Así se consigue reducir el consumo tanto de diésel como de gasolina lo máximo posible. Una curiosidad: circulando a más de 20km/h con una marcha metida el consumo es nulo.