Lo que os pasa es que no queréis enseñar las barrigas cerveceras, pero estar en la playa (Pto Pollensa o bahía de Alcudia) al atardecer, sin guiris, por ejemplo, con poca gente y darse un bañito para, después, comerse un bocata contemplando la caída de la tarde sobre ese paisaje, no tiene precio.
Otra cosa es ir a las doce con toda su parafernalia: no encuentras aparcamiento; lleno hasta la bandera; niños; gente ocupando la playa con sus juegos de pelota; salpicaduras de agua y arena; arena caliente; familia de ingleses con sus neveras y toda la pesca comiendo bocadillos de patatas chips; el de turno cantando "a la melona, a la sandía..."; chinos que te despiertan de tu sueño arenero para proponerte un masaje o venderte 'arrelojes'; los rezagados que se colocan a veinte cm de tu toalla; los del velomar que se acercan a la orilla y el pito del vigilante para echarlos de ella; la familia que corre con el niño en brazos al puesto del vigilante porque le ha picado una medusa; ... Uff.. ¿Se me olvida algo?