Francisco SC
Forero Experto
Hola,
Me voy a premitir abrir este hilo para explicar lo mejor que pueda las diferencias entre diferentes sistemas de iluminación, que a muchos nos tienen empanados.
Primero, qué es qué.
Lámpara incandescente: en pocas palabras, la bombilla de toda la vida. La electricidad pasa por un filamento, que se calienta y emite luz y calor. Está encerrada en una ampolla de vidrio llena de gas inerte para que el filamento no se queme.
Lámpara halógena: Es un tipo de lámpara incandesdente, donde al gas inerte se le añade un halógeno (por ejemplo, bromo o yodo). El metal que se evapora del filamento reacciona con el halógeno, y al final se vuelve a depositar en el filamento, lo que incrementa su vida útil, y permite operar a mayor temperatura. Resultado: una luz más blanca y más potente que una incandescente convencional. Y también, quema mucho más, como habrá comprobado el incauto (como yo) que haya ido a cambiarla sin esperar a que se enfríen.
Lámpara de descarga de gas (HID): No tiene que ver con las incandescentes. General luz a base de hacer saltar un arco entre dos electrodos. Este arco se hace saltar dentro de una ampolla que contiene un gas noble a alta presión, y un poco de metales o sales metálicas. Estas sales, al pasar el arco a través de ellas, pasan a un estado físico llamado plasma, que no tien que ver con las donaciones de sangre. Este plasma, calienteee, emite una luz muy brillante, y con un color que depende del gas y las sales utilizadas.
Lámpara de xenon: es un tipo de lámpara de descarga de gas, en donde el gas noble utilizado es xenon. Pero ojo: hay mucho listo que ha sacado al mercado lámparas halógenas que contienen xenon (o al menos así se anuncian), y que no son lo que en el mercado español se entiende por lámpara de xenon.
LED: (diodo emisor de luz). Esto ya es absolutamente diferente. Una pequeña corriente se hace pasar por un material semiconductor, cuyos electrones se excitan impúdicamente. Al perder esa excitación, emiten fotónes. Impresionante.
Siguiente capítulo: Vale, pero eso ¿a mí de qué me vale?
Me voy a premitir abrir este hilo para explicar lo mejor que pueda las diferencias entre diferentes sistemas de iluminación, que a muchos nos tienen empanados.
Primero, qué es qué.
Lámpara incandescente: en pocas palabras, la bombilla de toda la vida. La electricidad pasa por un filamento, que se calienta y emite luz y calor. Está encerrada en una ampolla de vidrio llena de gas inerte para que el filamento no se queme.
Lámpara halógena: Es un tipo de lámpara incandesdente, donde al gas inerte se le añade un halógeno (por ejemplo, bromo o yodo). El metal que se evapora del filamento reacciona con el halógeno, y al final se vuelve a depositar en el filamento, lo que incrementa su vida útil, y permite operar a mayor temperatura. Resultado: una luz más blanca y más potente que una incandescente convencional. Y también, quema mucho más, como habrá comprobado el incauto (como yo) que haya ido a cambiarla sin esperar a que se enfríen.
Lámpara de descarga de gas (HID): No tiene que ver con las incandescentes. General luz a base de hacer saltar un arco entre dos electrodos. Este arco se hace saltar dentro de una ampolla que contiene un gas noble a alta presión, y un poco de metales o sales metálicas. Estas sales, al pasar el arco a través de ellas, pasan a un estado físico llamado plasma, que no tien que ver con las donaciones de sangre. Este plasma, calienteee, emite una luz muy brillante, y con un color que depende del gas y las sales utilizadas.
Lámpara de xenon: es un tipo de lámpara de descarga de gas, en donde el gas noble utilizado es xenon. Pero ojo: hay mucho listo que ha sacado al mercado lámparas halógenas que contienen xenon (o al menos así se anuncian), y que no son lo que en el mercado español se entiende por lámpara de xenon.
LED: (diodo emisor de luz). Esto ya es absolutamente diferente. Una pequeña corriente se hace pasar por un material semiconductor, cuyos electrones se excitan impúdicamente. Al perder esa excitación, emiten fotónes. Impresionante.
Siguiente capítulo: Vale, pero eso ¿a mí de qué me vale?